Días pasados, en una reunión sobre grandes católicos argentinos contemporáneos, hablé de Enrique Shaw. Me sorprendió su popularidad, pues hace poco tiempo era casi inexistente. ¿Qué pasó? ¿Ayudó “alguien desde arriba”? Shaw falleció en 1962, y durante 50 años la ACDE hizo muy poco para promoverlo como empresario cristiano comprometido, y más aún como posible santo.
Un laico, esposo, padre de familia, empresario y oficial de la Armada era impensable que pudiera ser santo según los preconceptos en boga. ¿Qué fue lo que generó el cambio? Los más cercanos buscamos información de todo tipo sobre él, y luego de años de trabajar intensamente buscando testimonios, escritos, informes, actas de directorios, en pocas palabras, todo lo que pudiera ser de utilidad para presentar como prueba en el tribunal de la causa, descubrimos la gran realidad de Enrique Shaw…
Link de la nota: https://www.lanacion.com.ar/opinion/una-causa-de-santidad-nid02022023/